¿Sabes qué es y cómo
se realiza un texto científico?
Los
textos científicos son aquellos en donde se emplea lenguaje científico. Siendo
el lenguaje científico todo mecanismo utilizado para la comunicación, cuyo
universo se sitúa en cualquier ámbito de la ciencia, ya se produzca esta
comunicación exclusivamente entre especialistas, o entre ellos y el público en
general, en cualquier situación comunicativa y canal en la que se establezca.
Pertenecen
a las ciencias experimentales puras, las cuales estudian las realidades físicas
del mundo y se caracterizan por la búsqueda de principios y leyes generales que
posean validez universal.
Algunas
de las cualidades de los textos científicos son:
Claridad
Se
consigue a través de oraciones bien construidas, ordenadas y sin
sobreentendidos. En general los textos científicos mantienen una sencillez
sintáctica, aunque también existen textos de sintaxis más compleja.
Precisión
Se
deben evitar la terminología ambigua y la subjetividad, y en su lugar emplear
términos unívocos (términos con un sólo significante y significado).
Verificabilidad
Se
debe poder comprobar en todo momento y lugar la veracidad de los enunciados del
texto. Esto puede comprobarse tanto mediante leyes científicas como mediante
hipótesis.
Universalidad
Posibilidad
de que los hechos tratados puedan ser comprendidos en cualquier parte del mundo
por cualquier miembro del grupo al que va dirigido. Para ello se recurre a una
terminología específica que se puede traducir con mucha facilidad de una lengua
a otra. Estos términos científicos, también llamados tecnicismos, suelen ser
unívocos, ya que designan una única y precisa realidad.
Objetividad
Se
le da primacía a los hechos y datos sobre las opiniones y valoraciones
subjetivas del autor.
¿Qué ejemplos hay de estos textos científicos?
EL ARTICULO CIENTÍFICO
DEFINICIÓN
Es un documento cuyo
objetivo es difundir de manera clara y precisa, en una extensión regular, los
resultados de una investigación realizada sobre un área determinada del conocimiento.
Generalmente, presenta los antecedentes de un estudio, su justificación, la
metodología empleada, los resultados obtenidos, los alcances del trabajo y
sugerencias para investigaciones posteriores relacionadas con la problemática
abordada.
Los pasos para la
elaboración de un artículo científico son:
1. Elaborar un plan para la
investigación, especificando el tema, la tesis y el método.
2. Seleccionar un tema
específico y claro que describa el contenido del trabajo.
3. Organizar el orden de
aparición de los autores y enlistarlos después del título.
4. Hacer una revisión
literaria de temas relacionados con la investigación abordada y seleccionar las
fuentes de utilidad.
5. Redactar la introducción
empleando las fuentes seleccionadas para establecer los antecedentes del
problema.
6. Estructurar la sección de
materiales y métodos escribiendo lo necesario para que el experimento se pueda
reproducir.
7. Establecer el orden de
aparición de los gráficos e imágenes que se utilizarán para dar mejor
compresión a los resultados.
8. Escribir el apartado de
resultados, insertando los elementos auxiliares que se ordenaron en el paso 6,
de forma pertinente.
9. Razonar sobre la
interpretación de los resultados, los límites, las posibles acciones a realizar
para dar continuidad a la investigación y preparar las conclusiones. Organizar
está información de tal manera que sea fácil de entender (en un diagrama, un mapa
conceptual, una lista, etc.).
10. Una vez realizado el
paso anterior, redactar la sección de discusión.
11. Anexar los
agradecimientos, si es que se desea incluirlos.
12. Enlistar las referencias
siguiendo el estilo que se establezca.
13. Hacer la revisión
minuciosa del artículo.
14. Pedir la colaboración de
un asesor, de un colega o de un compañero que pueda hacer correcciones al
trabajo.
15. Reformular el título, si
se requiere.
16. Elaborar la versión
final tomando en cuenta las observaciones del revisor.
Ejemplo
de un artículo científico:
Estudio revela que el alzhéimer podría estar provocado por hongos
El alzhéimer podría estar
provocado por hongos, según un estudio liderado por investigadores de la
Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
El equipo de científicos del
Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto de la Universidad
Autónoma de Madrid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas está
liderado por el investigador Luis Carrasco y ha encontrado elementos característicos
de los hongos, como hifas y levaduras, en muestras de cerebros de pacientes
fallecidos que habían sido diagnosticados de alzhéimer.
La investigación se ha publicado
en Scientific Reports y se ha
realizado con muestras de 14 personas fallecidas por esta enfermedad, relató
Carrasco, catedrático de microbiología.
“Lo que nosotros hemos visto es
que en distintas regiones del cerebro de fallecidos con alzhéimer se observan
hongos, en todos los casos analizados, mientras que en las muestras de personas
control que no han fallecido por alzhéimer no aparecen estos hongos”, señaló.
Los investigadores localizaron
restos de hongos a través de inmunofluorescencia, una técnica que utiliza un
anticuerpo que unido químicamente a una sustancia fluorescente marca o señala
-en este caso- las proteínas fúngicas, explicó el científico de la UAM.
Para descubrir las especies de
hongos, los investigadores extrajeron ADN de muestras cerebrales de un paciente
y aplicaron la técnica PCR, que posibilita la amplificación de fragmentos de
ADN y supone obtener en un laboratorio gran número de copias partiendo de un
mínimo, permitiendo determinar más fácilmente las especies fúngicas.
Así, identificaron la presencia
de especies como ‘Cladosporium spp’, ‘Phoma’, ‘Malassezia spp’ y distintas
especies de ‘Candida’.
“Todo apunta a que en las
muestras de cerebro de personas fallecidas por alzhéimer aparecen un gran
número de especies, entre diez y quince, y que estas no están repartidas en el
cerebro de manera homogénea: mirando distintas regiones del cerebro vemos
distintas especies de hongos”, añadió.
Esto podría explicar las
variaciones que existen en cuanto a la gravedad y evolución de los síntomas de
la enfermedad.
¿Y cómo llegan los hongos hasta
el cerebro? Se sabe que el cerebro puede estar infectado por virus, bacterias,
hongos, protozoos o gusanos: al cerebro pueden llegar todo tipo de infecciones,
recordó Carrasco, quien añadió que una vez en el torrente sanguíneo se pueden
diseminar a órganos y al cerebro.